“Esto ha sido traumático. Una intranquilidad, tanto para mí como para mi familia”, fueron las primeras palabras ante un medio de comunicación de Ángel José Daza Cuello, de 38 años, sobreviviente del ataque a bala que le causó la muerte a su suegra Lissi Judith Camargo Noriega, el pasado 22 de mayo, en las afueras de un conjunto residencial cerca al Castillo de Salgar, en Puerto Colombia.

Para la familia Daza Camargo han sido días difíciles desde el momento en que ocurrieron los hechos en esa fecha. Al romper su silencio,  en una entrevista exclusiva con Zona Cero, en la que aseguraron "no vivir una vida tranquila".

Recordemos que en este hecho están involucrados los vigilantes Wilmer Enrique Mercado Mendoza y William Sanjuan Núñez, quienes presuntamente recibieron orden del ex Representante a la Cámara, Gerardo Vecino, para que dispararan contra camioneta que según él lo venía persiguiendo. Ambos vigilantes fueron capturados y se encuentran con detención domiciliaria.

“Vivimos intranquilidad y nos sentimos inseguros. A mí me llega a pasar algo o a mi familia y yo responsabilizo al señor Gerardo Vecino de lo que nos llegue a pasar. Ahora vivo con delirio de persecución”, manifestó Ángel José Daza ante la inseguridad que tiene que manejar ahora en su hogar. 

Y agregó: “Yo llevaba al niño mío al colegio y ya me invade la intranquilidad llevarlo”.

Ángel expresó que ahora que padece “delirio de persecución”, y como Gerardo Vecino, “no puedo ir por la vida dando orden de disparar o matar porque sí como lo hizo  él".

“Mi suegra y yo estábamos vulnerables" En el video se ve claramente cuando esta persona (Vecino) da la orden de disparar a los vigilantes, porque el vigilante está viendo el carro, apuntando, pero más no disparando. Y cuando él (Vecino) abre la puerta del carro es cuando empiezan a disparar. O sea que los vigilantes tuvieron que haber recibido una orden directa de este señor”, precisó Daza. 

En su testimonio, Ángel aseveró que el ataque no solo lo marcó emocionalmente, también lo afectó a nivel de su salud. 

“Yo no sufría de presión alta, ni de depresión, ni de ataques de pánico. Desde ese día me estoy medicando con sertralina, melatonina y otros medicamentos. No duermo. He tenido que dejar mi trabajo, mis proyectos, mi vida. Ni en el mismo apartamento donde vivimos estamos tranquilos porque si se escucha un ruido en la puerta ya nos genera intranquilidad. No salimos a la calle y si salimos tenemos que cuidarnos porque pensamos que nos pueden hacer algo”. 

La familia también padece las secuelas, según Ángel Daza, su esposa, hija de la fallecida Lissi Judith Camargo, también está siendo medicada y ambos tienen sesiones con psicología. 

Precisó que están “viviendo una situación difícil” en la que incluso la justicia no está a su favor.  

“Es difícil ver cómo se ha manipulado toda la investigación, esto nos llena de impotencia al saber cómo están transcurriendo las cosas. Le pedimos a Dios que nos guarde. También le pedimos que se haga justicia, porque la muerte de la señora Lissi no puede quedar impune. Ya capturaron a dos y les dieron domiciliaria, pero falta que vinculen a la investigación a Gerardo Vecino y a su escolta”, dijo Ángel a este medio de comunicación.